La luz, en los siete colores que la forman, es energía radiante visible.
Esta energía viaja en el espacio en forma de ondas vibratorias que se diferencian entre sí en base a sus longitudes de onda. El ojo humano solo puede percibir radiaciones comprendidas entre los 4000 y 8000 Å.
Cada longitud de onda corresponde a un color y tiene una acción terapéutica específica:
rojo: 620 nanómetros;
naranja: 589 nanómetros;
amarillo: 551 nanómetros;
verde: 512 nanómetros;
azul: 475 nanómetros;
añil: 449 nanómetros;
violeta: 423 nanómetros.
Debajo del violeta se encuentra el espectro ultravioleta y por encima del rojo, el infrarrojo.
La cantidad de energía de cada color es inversamente proporcional a su longitud de onda.
Cuanto más larga sea la onda, más fuerte será la penetración cutánea y menor
La carga energética. Por lo tanto, se puede deducir que el rojo es el color más
Penetrante, seguido del naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil y el violeta.
Este último alcanza profundidades limitadas, pero infunde una gran cantidad de
Energía.